La semana pasada, por decreto presidencial, se le condonaron a Pemex alrededor de 86,640 millones de pesos que la petrolera debería pagar al gobierno mexicano por concepto de impuestos correspondientes al último trimestre del 2023 (octubre, noviembre y diciembre), así como del primer mes de este 2024. Sin embargo, otros cálculos señalan que la cantidad actualizada por el pago de impuestos en realidad rondaba ya los 100 mil millones de pesos. Según cifras consignadas por la agencia financiera Bloomberg, la condonación de la participación en las ganancias equivale a 4,100 millones de dólares.
Apenas el fin de semana antepasado, la agencia crediticia Moody’s rebajó la calificación de Petróleos Mexicanos a B3 desde B1, señalando una peor calidad de crédito y a sólo un nivel de caer en lo que se denomina “especulación de alto riesgo”, o “bono basura” como se le conoce a dicha calificación en el argot financiero.
Hasta septiembre pasado, la petrolera propiedad del Estado mexicano había recibido prácticamente 800 mil millones de pesos de inyecciones directas de recursos, destinado en su gran mayoría al pago del servicio de su deuda y parte de capital.
Los 86 mil 640 millones de pesos en realidad fueron la última parte de todo lo que el país ha gastado en una empresa que no tiene viabilidad en este momento, en una administración que reza por el bien común y señala que, antes que nada, está el beneficio de los más pobres y del interés nacional.
En ese beneficio destacan las pensiones, la promesa presidencial de que todos los trabajadores mexicanos se jubilarían con una pensión del 100 por ciento del salario no se concretó en la propuesta de reforma presentada. Pero sí hubo algunas propuestas que al parecer los legisladores analizarán.
Una de las principales propuestas es la creación de un “fondo semilla” para pensiones, o Fondo de Pensiones para el Bienestar, que pretende iniciar su vida con un capital inicial de 64 mil 619 millones de pesos.
La gran crítica que realizan los analistas a dicho fondo consiste en sus fuentes de financiamiento, que no parecen ser sólidas bajo ningún punto de vista. En este escenario todo indicaría que el gobierno federal no está dispuesto a dejar pasar oportunidades para hacerse de recursos para capitalizar el fondo semilla, pero en el camino decidió condonar; es decir, perder más de 86 mil millones de pesos.
Impuestos perdidos, capital para fondo semilla
Los 86 mil 640 millones de pesos que el gobierno mexicano condonó a Pemex, por cuenta y orden de las finanzas nacionales, que son de todos los mexicanos, pudieron utilizarse en diversos gastos para el beneficio del país.
De entrada, en el contexto de la reforma de pensiones que se propuso al legislativo, que incluye la creación de un “fondo semilla” que es fuertemente criticado por tener en la misma propuesta fuentes de financiamiento que no corresponden al tamaño presente y futuro de un fondo para tales propósitos, totalmente inestables. Estos impuestos que se perdieron o se desperdiciaron pudieron haber cubierto sobradamente la capitalización inicial de dicho fondo semilla.
Capitalizar de una sola vez el fondo semilla, con recursos reales, hubiera sido un buen arranque para este fondo de pensiones que busca, con los años, constituirse como la solución para las bajas pensiones en el país, ya que complementará el pago de quienes reciben una baja tasa de reemplazo, de modo que puedan pensionarse con el 100 por ciento de su sueldo al momento de la jubilación. Por eso llama la atención que pudo haberse logrado un gran avance, incluso una “cruzada nacionalista”, algo que en esta administración podría haber sido un distintivo, pero se optó por la condonación de miles de millones de pesos, lo que demuestra y deja en total claridad la situación de Pemex y sus finanzas; es decir, la quiebra total en la que se encuentra la petrolera.
¿Para qué más pudo haberse usado el dinero condonado a Pemex?
Si estos recursos no se hubieran querido utilizar para capitalizar el fondo semilla, pudieron haberse aportado para el gasto de las pensiones no contributivas en México, que hoy ya son una obligación constitucional para el estado.
En total, se espera que este año se gasten alrededor de 465 mil 48 millones de pesos en la Pensión para el Bienestar, el programa social estrella de la actual administración federal, cuyo gasto representará 46.4 por ciento del presupuesto propuesto para subsidios en el 2024. Los impuestos condonados a Pemex hubieran representado 18.63 por ciento del presupuesto total destinado para las pensiones para el bienestar, casi 20 por ciento, lo que hubiera aligerado las presiones para las finanzas públicas.
Otros programas sociales insignia de este gobierno habrían recibido con mucho gusto los impuestos condonados a Pemex por lo significativo de la cantidad. Por ejemplo, el Programa de becas casi hubiera sido cubierto en su totalidad, ya que el monto condonado fue de 86 mil 640 millones de pesos y dicho programa gastará en este 2024 un total de 87 mil 675 millones de pesos.
El programa Sembrando vida habría sido cubierto más de dos veces, ya que están presupuestados un total de 37 mil 136.5 millones de pesos; en el caso del programa La escuela es nuestra la cobertura habría sido de 3 veces toda vez que el monto destinado este año fue de 28 mil 358.3 millones de pesos.
Para el programa denominado Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad se hubiera cubierto tres veces, o quizás los próximos tres años, toda vez que se espera el ejercicio de un presupuesto por 27 mil 860.4 millones de pesos. Y para terminar de mencionar algunos de los programas que pudieron salir beneficiados, podemos señalar el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, cuyo presupuesto para este año se fijó en 24 mil 204.7 millones de pesos, es decir, este programa se cubría hasta 3.57 veces con los impuestos condonados a Pemex.
En total, este año el gobierno federal pretende destinar un total de 741 mil 450 millones de pesos solamente a 15 programas sociales que considera prioritarios; si los recursos de los impuestos condonados a Pemex se hubieran destinado para dicho fin habría un ahorro de 11.68 por ciento de ese gran total.
La condonación de impuestos a Pemex y estas comparaciones sobre lo que se pudo haber cubierto con esos recursos, dejan más claro la frase que los medios de comunicación y analistas han acuñado para ilustrar lo que ha sucedido con la petrolera este sexenio: “Pemex es un barril sin fondo.”
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