Louis Vuitton, el joven sin hogar que creó una de las empresas más reconocidas del mundo

A pesar de las adversidades que enfrentó desde pequeño, a base de persistencia e ingenio, Louis Vuitton creó una de las empresas más reconocidas a nivel mundial y cuyo legado ha perdurado por cerca de 170 años. Te contamos la historia de este exitoso negocio que fue de carácter familiar hasta la llegada de Bernard Arnault, así como los aprendizajes que deja este caso para proteger el legado.

¿Quién fue el fundador de Louis Vuitton?

En 1821, en Anchay, Francia, nació Louis Vuitton, producto del matrimonio entre Xavier Vuitton, un campesino, y Corinne Vuitton, una sombrerera. Desde su infancia, el pequeño aprendió el valor del trabajo pues sus días los pasaba en el campo haciendo labores como cuidar a los animales. Sin embargo, tras la muerte de sus padres y quedar a cargo de su madrastra, quien le hacía la vida imposible, a los 13 años el joven decidió huir de para dirigirse a París.

Imagen: Cortesía Archivo Louis Vuitton Malletier
Imagen: Cortesía Archivo Louis Vuitton Malletier

Con el firme propósito de tener una mejor vida, el adolescente emprendió a pie y sin recursos el camino hacia la capital francesa, hecho que le tomó cerca de dos años lograr. A lo largo de los 417 kilómetros que aproximadamente recorrió, tuvo varios trabajos que no solo lo ayudaron a sobrevivir, sino que le fueron dando herramientas que más adelante le ayudarían a cumplir su sueño.

Llegó a París del siglo XIX, cuando el país vivía las transformaciones de la revolución industrial. Sin una sola moneda, Louis Vuitton vivió en las calles hasta que fue contratado como aprendiz por Monsieur Marechal, dueño de un exitoso taller especializado en la fabricación de cajas. 

Fue esto lo que le permitió encontrar un techo para vivir y, además, comenzar a hacerse de renombre gracias a sus habilidades.

Su reputación llegó a oídos de la emperatriz de Francia, Eugenia de Montijo, quien lo contrató para diseñar sus maletas. Este hecho, además de darle popularidad, le brindó el conocimiento que más adelante sería parte fundamental de la marca Louis Vuitton: tratamiento de productos de lujo y así cumplir con las expectativas de la alta sociedad.

Imagen: Cortesía Archivo Louis Vuitton Malletier
Especial Imagen: Cortesía Archivo Louis Vuitton Malletier

El surgimiento de un negocio legendario

Con el tiempo se pudo independizar y fue así que Louis Vuitton se convirtió en dueño de su propio negocio. Abrió en 1854 su primer taller, mismo que lo vio comenzar toda una revolución en la industria del equipaje. Sus innovaciones iniciaron con dos modificaciones significativas: el diseño rectangular y ya no de tapa curva que facilitaba el apilamiento de las maletas. Además, el uso de lona para reducir el peso y hedor del cuero, así como ser repelente al agua.

Fue tal el éxito y la demanda, que en 1859 tuvieron que mudarse a las afueras de París para expandir su taller y tener la capacidad de producción necesaria. Luego, con su hijo Georges involucrado en la empresa familiar, implementaron y patentaron una nueva cerradura que solamente podía ser abierta con una llave única y numerada, brindando así mayor seguridad a las valijas.

Aunque el negocio iba viento en popa, llegó la Guerra Franco-Prusiana que los obligó a cerrar. Perdieron casi todo, pues sus talleres fueron destruidos y saqueados. Sin embargo, la crisis fue breve y un año después, reabrieron sus puertas con una sucursal en una de las calles más exclusivas en la ciudad: 1 Rue Scrib.

Imagen: Cortesía Archivo Louis Vuitton Malletier
Especial Imagen: Cortesía Archivo Louis Vuitton Malletier

Fue también en esta época en donde el negocio traspasó fronteras. Recibían pedidos de varias partes del mundo e incluso esto los llevó a abrir una tienda Louis Vuitton en Londres. Pero a la par, surgió el plagio. Para combatirlo, implementaron el tan famoso monograma “LV” y más adelante, en honor al fundador, éste estaría acompañado de diamantes, círculos y flores. 

Estos motivos perduran hasta nuestros días.

La compañía después del fundador

Tras su muerte por causas desconocidas a los 72 años en 1892, la compañía pasó a manos de Georges Vuitton. El heredero tuvo la visión de viajar a Estados Unidos para continuar con la expansión y comercializar en los grandes almacenes.

La compañía familiar siguió creciendo y ampliando su catálogo, el cual, además de maletas, también incluía bolsos de uso personal. También crearon un transportador diseñado específicamente para botellas, algo de gran utilidad para los viticultores franceses.

La Segunda Guerra Mundial supuso otro obstáculo para la empresa que, para ese entonces, tenía al mando a Gaston-Louis, descendiente de Georges quien murió en 1936. En ese periodo tuvieron que cerrar tiendas y fábrica. Luego, con ayuda de sus hijos, la tercera y cuarta generación de los Vuitton pusieron manos a la obra para recuperar el tiempo perdido, seguir creando diseños y continuar con el legado de Louis.

Entre lo más destacado que se hizo en esta época, fue el uso del cuero pues, por su flexibilidad, podía ser usado en más productos como carteras, bolsas o monederos.

Al fallecer Gaston en 1970, sus hijos se enfrentaron al estancamiento del negocio debido a la baja en la popularidad de los materiales rígidos como el cuero. Además, la división de perspectivas sobre cómo manejar la empresa, los llevó a tomar la decisión de pedirle a su cuñado, Henri Serge Racamier, que tomara el control.

El fin del negocio familiar, ¿quién es Bernard Arnault?

Racamier cambió significativamente el modelo de negocio. En primer lugar, pasó del comercio mayorista al minorista, lo cual supuso un incremento de ventas, que un lapso de 6 años, pasaron de 20 millones de dólares a 260 millones de dólares. Por otro lado, hizo la empresa pública y todas las acciones fueron vendidas.

La apertura de tiendas alrededor del mundo, catapultaron el éxito de la compañía que para 1987 alcanzó ventas récord por cerca de 1,000 millones de dólares. El siguiente pasó: la fusión con la productora de coñac y champán, Moët Hennessy, para formar el conglomerado de productos de lujo LVMH.

Imagen: Cortesía Archivo Louis Vuitton Malletier
Depositphotos Imagen: Cortesía Archivo Louis Vuitton Malletier

Lo que parecía un gran avance, fue el fin del negocio familiar. Tras disputas con Alain Chevalier, CEO de Moët Hennessy, Henri acudió a Bernard Arnault para convertirse en su aliado. Sin embargo, el hoy presidente y director ejecutivo de LVMH, tenía otras intenciones y secretamente compró una participación mayoritaria por 45% de las acciones.

El último miembro de la familia a cargo

Con el apoyo de la familia Moët Hennessy, Arnault ganó en los tribunales la batalla legal y fue así que, en 1990, Henri Serge Racamier fue expulsado del consejo administrativo del conglomerado LVMH. Así se convirtió en el último de la familia al mando de la empre. 

No obstante, los sucesores del legado Vuitton, como Pierre-Louis y Benoît-Louis, aún forman parte de la compañía desempeñando otro tipo de roles.

Bernard Arnault es hoy la segunda persona más rica del mundo y cuyo patrimonio neto a febrero de este año se estima ronda los 193 mil millones de dólares. Ya con él a cargo del conglomerado LVHM y con Yves Carcelle como presidente y director ejecutivo de Louis Vuitton, contrataron a diseñadores para crear nuevos bolsos usando el monograma. De la mano de Marc Jacobs, lanzaron su primera colección de ropa en 1997.

¿Cómo proteger tu legado familiar?

Una mala decisión puede terminar con un legado familiar que tomó décadas construir, o más de un siglo en el caso de Louis Vuitton. Estas son algunas de las claves que nos deja esta historia para proteger ese negocio y que siga a manos de las siguientes generaciones:

  1. Aliados de confianza: si piensas agregar gente externa a la compañía, asegúrate que ésta sea de total confianza para evitar cualquier “jugada sucia” que comprometa años de trabajo.
  2. Cláusulas de protección: si tu compañía es pública, es fundamental establecer cláusulas que limiten la compraventa del capital a terceros.
  3. Profesionalización: especialmente al salir a bolsa o llevar a cabo fusiones, es necesario que el consejo administrativo cuente con toda la preparación necesaria para que un error o “novatada” sean el fin de la empresa familiar.

La historia del joven visionario, Louis Vuitton, es todo un ejemplo para aquellos aspirantes a emprendedores. 

Además, su compañía es un referente para las personas a cargo de un negocio familiar. Considera las buenas prácticas y fallos para lograr tener una empresa exitosa y que se mantenga por generaciones.

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