Un vendaval de emociones fue lo que se vivió durante el concierto de la destacable intérprete de obras clásicas junto a la Orquesta Filarmónica del Desierto, que desplegó todo su abanico técnico para ejecutar el Concierto para piano, trompeta y orquesta de cuerdas del compositor soviético Dmitri Shostakóvich.
El segundo concierto de temporada se vivió incluso antes de su presentación al público, ya que la recepción empezó tiempo antes de las 8:30, que se abrieron las puertas para ingresar al recinto.
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La orquesta se mostró dispuesta a interpretar esta pieza solemne e impetuosa, aunque criticada en su tiempo por los sonidos que ofrecía al público.
Durante la breve acogida de parte de las autoridades correspondientes, hubieron un par de puestos de café al servicio de los asistentes, quienes tuvieron la oportunidad de convivir antes del concierto.
El inicio de esta experiencia quedó marcado por las cuerdas y los clarinetes de ‘El Jardín Encantado’ de Alfonso de Elías, pieza introductoria que apaciguó a los asistentes.
UNA EXPERIENCIA DE LUJO
El concierto del compositor Shostakóvich invocó a todos los sentidos, ya que constó de elementos folcloricos que hicieron “danzar” las notas, además de mantener al teatro en suspenso tras los repentinos cambios en cada pasaje.
Con cromatismos que descienden hasta el registro más grave del piano, intervenciones de la trompeta y otros “caprichos” a la hora de interpretar, tanto los solistas como la orquesta protagonizaron un vaivén de frases que se extendieron a otras tonalidades.
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La emoción del público logró que los solistas Argentina Durán y Assaet Méndez interpretaran ‘Romanza’ y otra obra breve para piano y trompeta, despidiendose del público en al menos 3 ocasiones debido a la efusiva respuesta del mismo.
En esta ocasión, la obra en re menor del mencionado pianista y director de orquesta soviético contó además con una conclusión interesante, ya que también fue interpretada la Sinfonía número 2 en re mayor de Ludwig van Beethoven, dando punto final a esta experiencia única.