
George H. W. Bush dijo en campaña: “Lean mis labios, no subiré los impuestos”. Ganó y fue el Presidente número 41 de los Estados Unidos. Era candidato a la Presidencia por el Partido Republicano y Vicepresidente en funciones. Su promesa no sorprendió a nadie, corresponde a una política muy típica de su partido. Lo que sí sorprendió a propios y extraños fue que rompiera esa promesa de campaña que, por estar grabada, pudo ser utilizada en su contra una y mil veces por sus opositores y por los medios. Un opositor en particular aprovechó al máximo su promesa incumplida, Bill Clinton, Presidente número 42 de los Estados Unidos.